3 POEMAS EN TEXTO

EN OTRA LÍNEA DE TIEMPO

Habrá un rocoso estero

donde dos extraños

erosionen las botas

y los corazones,

abriendo senderos,

mintiendo “te amos”

y trazando proyectos.

 

Eso ya está pasando,

en un intangible espacio,

en otra línea de tiempo.

 

Habrá un nido araucario,

donde el hogar azul

no sea de hielo,

la lluvia salada

caiga hacia arriba

y el horno de barro

tenga fuego.

 

Eso ya está pasando

en un Universo cercano

en otra línea de tiempo.

 

Habrá una dulce quimera

donde esos incautos

prometan y cumplan,

más allá del abrazo,

más acá de la niebla,

la hazaña de amarse

como se propusieron.

Donde huyan los fantasmas,

y canten las hadas

boleros de silencio.

 

Eso ya está pasando,

al final de mi desierto,

en una orilla paralela,

en otra línea de tiempo.

LETRA CHICA

La forma

en que te echo de menos

está prohibida

por todos los tratados

internacionales

de derechos humanos.

 

Nadie le dijo a mi corazón,

al firmar ese documento

donde se comprometía a ser feliz

con la decisión de amarte

de lejos,

que la letra pequeña

también era importante,

que toda buena oferta

siempre tiene trampa,

que toda gran promesa

implica un riesgo,

un asterisco,

un sesgo.

 

La forma

en que te echo de menos

es el colmo de todos los delitos

desde la era de piedra.

Tan ilegal como torturarse

sin testigos

ni herramientas

y en secreto.

 

Tan demencial como rebanarse

las certezas absolutas

a corte de martillo,

sin anestesia,

sin prepararse.

Así, a palo seco.

 

No, este echarte de menos

es tan cretino

que clama al infierno.

No hay madres,

ni plazas

ni mayos

suficientes en la Tierra

para callar este grito

y no ir a la cárcel.

 

Porque juro que yo no sabía

que el amor remoto

dolía como muela

de gigante

o hachazo de vikingo,

al rubricar el papel

nunca vi ese algoritmo.

 

La forma

en que te echo de menos

no tiene nombre

y me parte el pecho

con un vacío asesino

y un puñal de cemento.

 

Fui tan ansiosa,

tan ilusa

y tan poeta

cuando juré a los dioses

que te amaría

en la distancia

y en el tiempo,

que si llego a saber

que la letra chica

hablaba de esto,

me corono como diosa,

reinvento el Universo,

cambio sus reglas,

te traigo a mi lado,

agarro el contrato,

lo hago pedazos

y apago el teléfono.

 

 

 

Chile, 2018.

 

ME IRÉ

Me iré,

siempre me estaré yendo,

cada lugar cambiará mi vida

y alumbrará otro sendero.

Que mi estadía deje huella

sin manchar el suelo,

que mi silencio deje un poso

y no tan mal ejemplo.

Pero yo me iré.

 

Vuelvo a anestesiar

mi corazón de hielo,

y trato de amputar

este hogar nuevo,

enraizadas mis arterias,

ahora quieren zafarse

y, una vez más,

no sé por qué:

¿por orgullo?

¿por libertad?

¿por cobardía?

¿por desapego?

 

Dicen que huyo

de fantasmas del pasado,

de ruidos de cadenas,

de heridas de alambre,

de ripios de pared,

de amores carceleros,

de oficios mañaneros,

de alarmas y de jefes,

de hijos que mecer.

 

Que soy impredecible,

inasible,

inconsecuente,

yegua salvaje,

aprendiz de gitana,

peregrina sin fe.

 

No quise contratos,

ni un lecho de seda,

ni un palacio de mármol,

ni un sí quiero forzado

por miedo a perder.

Quise carpa, mochila,

vaqueros raídos,

la ley de atracción,

un pulgar y dos pies;

un plañir de guitarra,

un consejo oportuno,

una mirada indefensa:

“quiero volverte a ver”.

 

Esa es la tregua

de mi ayuno,

mi última tentación,

mi traspiés,

mi mapa del tesoro,

mis migas de pan,

el fin de la orfandad,

mi inmadurez:

el brillo de unos ojos,

un abrazo suicida,

una mano tendida

y un pedazo de papel.

 

Dejaré un poema,

un decreto,

una idea,

una pregunta,

una grieta.

Me llevaré un anhelo,

una fantasía,

una tormenta,

un déjà vu,

un revés.

 

Tragaré mis lágrimas,

doblaré mis fierros,

soltaré mis anclas,

lanzaré mis remos,

venceré al ayer.

Surcaré los mares,

asaltaré otras indias,

pariré otros versos,

romperé otros pechos

y, con suerte,

que Dios lo permita,

… te olvidaré.

 

 

Caneto, Huesca, 13-19/06/23.